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INTERNACIONAL

La CSI presentó la 10ª edición de su Índice Global de los Derechos

El documento deja patente que la crisis mundial del coste de la vida se ha visto agravada por la represión de los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

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La Confederación Sindical Internacional publicó un nuevo informe que refleja a grandes rasgos que las reivindicaciones hechas por los trabajadores a nivel global para que se respeten sus derechos laborales han sido ignoradas, con un aumento significativo de la represión por parte del Estado.

El documento arrojó que Los 10 peores países para los trabajadores y trabajadoras en 2023 son: Bangladesh, Belarús, Ecuador, Egipto, Eswatini, Filipinas, Guatemala, Myanmar, Túnez y Turquía.

La 10ª edición del acreditado Índice Global de los Derechos deja patente que la crisis mundial del coste de la vida se ha visto agravada por la represión de los derechos de la clase trabajadora en todas las regiones del mundo.

El secretario General en funciones de la CSI, Luc Triangle, sostuvo que “los resultados de este año evidencian que tanto en los países de renta alta como en los de renta baja, los trabajadores y las trabajadoras han acusado a la crisis histórica del coste de la vida y la espiral inflacionista provocada por la codicia corporativa, y denunciaron que los Gobiernos han adoptado medidas enérgicas para reprimir sus derechos a negociar colectivamente incrementos salariales y a emprender acciones de huelga.

La confederación dará un seminario en línea sobre el Índice Global el 30 de junio, el cual incluirá el testimonio de representantes sindicales de algunos de los peores países del mundo para los trabajadores, un resumen del Índice y datos sobre las tendencias a lo largo de 10 años.

También hará énfasis en la oportunidad de formular preguntas a las personas de la CSI que han elaborado el Índice y el seminario en línea contará con un servicio de interpretación al alemán, español, francés, inglés y ruso.

Entre los niveles récord de violaciones destacan los siguientes resultados:

  • En 9 de cada 10 países se ha vulnerado el derecho de huelga. Los trabajadores de Canadá, Togo, Irán, Camboya y España se han enfrentado a procesos penales o a despidos como consecuencia de su decisión de hacer huelga.
  • En el 77% de los países se excluye a los trabajadores del derecho a establecer o afiliarse a un sindicato. A los trabajadores migrantes, del hogar, temporales, a los del sector de la economía informal, a los trabajadores de plataformas y a los de zonas económicas especiales, se les ha negado el derecho a la libertad sindical. Burundi, Haití, los Emiratos Árabes Unidos, India y Turquía figuran entre los países que excluyen a los trabajadores y las trabajadoras de la representación sindical.
  • En el 42% de los países se ha restringido el derecho a la libertad de expresión y reunión, y los trabajadores que se manifestaron tuvieron que enfrentarse con frecuencia a la brutalidad policial. En Francia la policía respondió a protestas legítimas con brutales palizas, detenciones indiscriminadas y gases lacrimógenos. En Irán, la policía detuvo y golpeó a centenares de docentes por participar en las manifestaciones del Primero de Mayo.

Otras cifras clave para la organización son:

  • En 8 de cada 10 países se ha vulnerado el derecho a la negociación colectiva. En los Países Bajos, Macedonia del Norte, Zimbabwe, Honduras, Indonesia, Montenegro y Serbia los trabajadores han visto gravemente mermados sus derechos a la negociación colectiva.
  • En el 73% de los países se han prohibido los sindicatos o se ha impedido su registro, entre ellos Belarús, Myanmar, Hong Kong, República Centroafricana y Guatemala.
  • En 69 países se detuvo y encarceló a trabajadores, y en Myanmar, Hong Kong, República Dominicana, India y Turquía se persiguió a destacados dirigentes sindicales.
  • En el 65% de los países se ha negado a los trabajadores el acceso total o parcial a la justicia. En Zimbabwe, China y Kazakstán se ha procesado por cargos falsos a dirigentes sindicales y defensores de los derechos de los trabajadores, y sus juicios se caracterizaron en muchos casos por el incumplimiento de las garantías procesales.