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LA REGIÓN

Violencia en el trabajo: «En todos los casos la persona que es víctima tiene consecuencias»

Así lo expresó el abogado y presidente de la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas de Rosario, Sebastián Serrano Alou, al referirse a las situaciones cada vez más comunes en los ambientes laborales.

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Contar con un ambiente de trabajo que se mantenga libre de violencia laboral es un derecho constituido y reconocido en el conjunto de los trabajadores y trabajadoras de la Argentina.

El hecho de que esta acción siga ocurriendo en los ámbitos laborales atenta contra los derechos humanos, el trabajo digno y la integridad de las personas.

En nuestro país desde el año 2007 se llevan a cabo políticas que afrontan esta cuestión, pero nunca alcanza.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) dispuso en el año 2019 en la Conferencia General convocada en Ginebra por el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo a través del Convenio 190 (C190), al cual Argentina adhirió, una normativa general sobre la violencia laboral.

El convenio dice expresamente que se reconoce «el derecho de toda persona a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, incluidos la violencia y el acoso por razón de género», y afirma que «la violencia y el acoso en el mundo del trabajo pueden constituir una violación o un abuso de los derechos humanos, y que la violencia y el acoso son una amenaza para la igualdad de oportunidades, y son inaceptables e incompatibles con el trabajo decente«.

Rosario no vive ajena a esta problemática. La violencia afecta a un gran número de trabajadores en distintos ámbitos laborales que lo viven de diferentes maneras, dependiendo la capacidad que tenga cada víctima de afrontar esa realidad.

Mundo Gremial Rosario le consultó a Sebastián Serrano Alou, presidente de la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas de Rosario (AAL) sobre violencia laboral y como esta afecta la vida de los trabajadores.

«La violencia es una realidad en las sociedades, sobre todo en la actualidad y especialmente en sociedades complejas y en ciudades grandes como la nuestra. Eso como primera cuestión. Por lo tanto, las relaciones laborales no son ajenas a ese flagelo, la violencia en general», especificó el letrado.

El abogado explicó que «dentro de las relaciones laborales existe violencia de todo tipo. Está la violencia en general, que puede tomar distintas formas o darse de distintas maneras. Y después hay otro caso de violencia más específico en el cual encuadraría el acoso laboral o moving«.

Serrano mencionó que «la violencia laboral sería el género y el acoso laboral o moving sería lo específico«, y realizó esta aclaración debido a que muchas veces se cae en el error «de creer que toda violencia laboral es acoso laboral o moving. Y no es así. Porque la violencia laboral puede tener un hecho aislado, puede darse por diversos motivos. En cambio el moving o acoso tiene una cuestión mucho más predeterminada, tiene objetivos más claros que sobre todo apuntan a generar el daño a la víctima«.

«La violencia laboral puede ser una violencia por la forma que tiene la empresa de manejarse o por el contexto en el que se dan las relaciones laborales. En cambio el moving ya es más direccionado hacia una persona y hacerle daño a esa persona por el motivo que pueda ser», puntualizó.

El abogado laboralista remarcó: «En todos los casos de violencia laboral la persona que es víctima de esa situación tiene consecuencias».

En cuanto a la afectación que estas acciones violentas tienen en las víctimas, el especialista en asuntos laborales dijo que «puede ser diferente, como también por ahí esos perfiles de las personas que pueden ser que sean más pasibles de sufrir esta situación. Porque hay quienes tienen alguna herramienta un poco más incorporada para defenderse de estas situaciones y ponerle un corte. Sobre todo cuando es algo como te decía sistemático y hay otros que no. Que son más vulnerables y se ven avasallados o avasalladas por la situación y esto le genera un daño enorme».

«Derecho de piso»

En el mundo laboral existen códigos de aceptación entre los mismos trabajadores, los cuales muchas veces son estimulados desde las jerarquías y, definitivamente, están muy ligados a los conceptos de violencia laboral.

En este sentido, Serrano Alou manifestó que el llamado «derecho de piso» sería «la cuestión más general de la violencia laboral porque es una dinámica de la empresa o que sea convalidado en una empresa o que se da dentro de una determinada empresa de una conducta que no es correcta«.

«En definitiva, sí hay situaciones de jerarquía o de responsabilidades o de una necesidad de ir generando las condiciones para el reconocimiento y que eso sirva para para ir avanzando en la estructura de la empresa. Pero cuando esto se lleva a ciertos extremos en los cuales se torna abusivo, por que son el nuevo la nueva, tenés que soportar cuestiones que no son razonables, que no tienen que ver con una estructura empresaria lógica de crecimiento, sino de hacer sentir un cierto rigor a la persona, esto es muy negativo», argumentó el especialista legal.

Para el abogado es fundamental «reconocer que la violencia se da y se da más de lo que pensamos y que se da de distintas maneras y afecta de distintas maneras. Entonces es un caso a caso, siempre viendo sobre todo esto, si hay una situación de una cuestión violenta o de arbitrariedad o de que genera un mal a otra persona y no tiene razón de ser y que realmente podría evitarse«.

La importancia de diferenciar esta situación «conlleva que al momento de reclamar, el reclamo pueda tener más o menos éxito, porque no es lo mismo probar que el contexto de violencia fue generalizado».

Al consultarle al laboralista sobre lo que conlleva la «persecución» en el ámbito de trabajo, definió que dicha acción «puede ser una persecución dirigida contra cierta persona por otra persona o grupo de personas, o puede ser una persecución generalizada. Hay empresas que persiguen a todos por igual, que los revisan, que los hacen sentir todo el tiempo controlados, presionados, y es una persecución constante, sistemática y contra todos y todas«.

Otro caso que existe «puede ser alguna persona que tiene un cargo igual o superior a la víctima y que por eso se siente amenazada, porque cree que la víctima no puede llegar a desplazar, y empieza a dirigir un hostigamiento, una persecución, un castigo constante para tratar de doblegar esa voluntad«.

El titular de AAL Rosario, también contó que hay situaciones en donde «puede ser una violencia ejercida desde abajo hacia arriba, una persona que quiere acceder al cargo de alguien que está por encima de él o ella, y empieza a generar toda esta persecución, este hostigamiento, a controlar, a mandar al frente a la otra persona, a denunciarla, a exponerle y demás, para quedarse con su cargo».

«Ejercito de reserva»

La posibilidad de que en el contexto económico que atraviesa la región y el país influya en la destrucción de la matriz laboral segura, que de alguna manera se sostenía, está latente dentro de las políticas que se llevan adelante desde el Gobierno Nacional y se intenta articular a través de la famosa Ley de Bases.

En relación a esto, Serrano Alou manifestó que un escenario donde exista un mercado laboral precarizado, existe «lo que se denomina históricamente el ejército de reserva«, y resulta beneficioso «para cierto sector empresario, que lamentablemente no creo que sea minoritario».

«El hecho de contar con un número ilimitado de personas para poder contratar, o un número mayor de personas que no tienen trabajo y están dispuestas a acceder a uno, resignando derechos y resignando parte de su dignidad, les aumenta su poder y sobre todo en cuestiones que son arbitrarias y que no corresponden«, explicó.

El abogado contextualizó como afecta a los trabajadores esta situación: «En este contexto, es seguro que cuando cada vez hay mayor desempleo, los trabajadores que no viven solamente en su trabajo, salen, vuelven a su casa, se juntan en reuniones sociales, se juntan con distintos grupos y empiezan a tomar nota que se está perdiendo el trabajo en distintos lugares, que hay cada vez más despidos, que a quienes son despedidos les cuesta acceder a un nuevo empleo o reemplazar el que tenían y capaz acceden a uno nuevo, pero en condiciones peores que las que ya tenían».

Esta situación va generando en los trabajadores «un efecto de inconsciente, muchas veces de soportar abusos y los empresarios lo mismo, saben toda esta situación y muchas veces se valen de eso para generar mayor presión sobre las personas que trabajan. Y todo esto va generando un contexto en el cual las enfermedades de tipo psicológico-mental prosperan más que nunca, porque volvemos a lo mismo, en un tipo de sociedades que nosotros vivimos con violencia, con una serie de situaciones constantes, las enfermedades mentales son cada vez más frecuentes«.

Marco legal de protección

El presidente de la entidad especialista en leyes laborales, aseguró que «marco legal» que debería proteger a las victimas de violencia laboral, hoy en día «existe».

«Lo que hace falta es una acción más decidida del Estado, pero bueno, estamos en un momento en el cual el Estado está en retirada y solamente haciéndose cargo de una función, que es la represiva, y haciéndolo de manera bastante arbitraria, porque termina reprimiendo conflictos que el mismo Estado está generando», agregó el letrado.

Para Serrano, es el Estado quien debe volver «a su función, a su rol de construcción de justicia social y de búsqueda del bien común«, a través de «capacitarse» en esta problemática.

«Se deberían realizar campañas para toda la población en general, combinadas con otras campañas más específicas dirigidas a empresas, a empresarios, a trabajadores, pero es eso, la necesidad de un cambio cultural, que para mí, quien tiene la mayor capacidad en esta sociedad de poder llevarlo adelante y concretarlo es el Estado«, concluyó el abogado.