LA REGIÓN
Trabajo de la Provincia de Santa Fe: los desafíos de Roald «Coco» Bascolo al frente del ministerio
Los resultados de la gestión del Ministerio de Trabajo saliente, a cargo de Juan Manuel Pusineri, no son las óptimas en cuanto a trabajo formal se refiere y, sobre todo, las condiciones de contratación de los trabajadores estatales. Una serie de desafíos concretos quedan para la nueva etapa que comienza el 11 de diciembre en la provincia y en Rosario.
El flamante ministro de la cartera de Trabajo, Roald «Coco» Báscolo, elegido por el gobernador electo, Maximiliano Pullaro, tiene como objetivo para estos años venideros formalizar las contrataciones de trabajo, mejorar el poder adquisitivo y sostener los puestos laborales que existen. Cuando se piensa en los desafíos a futuro, ¿con qué se va a encontrar el nuevo ministro a la hora de encarar su gestión?.
Santa Fe es una provincia que se ha caracterizado a lo largo de su historia por ser polo productivo alimentario, y demanda una gran atención y mirada pujante sobre la cadena productiva de el gran Rosario portuario y el cordón industrial, amenazado –sobre todo este último- por el afán aperturista que asoma en la Nación.
Coco Báscolo se encargará de encarar los diferentes escenarios laborales y productivos de Santa Fe desde el Ministerio de Trabajo, en una labor conjunta con su par de Producción.
La relación con los sindicatos es fundamental en este contexto socio-político que comienza, no solo en Rosario y Santa Fe, sino a nivel nacional. Y conllevará una tarea ardua y una visión superadora para el empresario de Reconquista.
La Casa de los Trabajadores de Rosario
La primera cuestión que el ministro deberá afrontar es la relación con la CGT Rosario (en proceso de normalización), la cual se posicionará rápidamente como la sede central de la protección de los intereses de los trabajadores santafesinos.
Desde allí, luego de una normalización casi inminente, la Confederación General del Trabajo con sede en la Chicago argentina será un escudo protector en la resolución de las problemáticas de los diferentes sectores que conforman a la entidad, por lo que las buenas relaciones y el diálogo constante será un valor elemental que el nuevo ministro deberá mantener a lo largo de su gestión.
Más de 70 gremios de la provincia (y se siguen sumando) formarán parte de este bastión gremial el cual decidirá, en conjunto con las Cámaras empresariales, la manera en que se van a dirimir los conflictos que atañen a los trabajadores.
Por otro carril, la existencia de la Mesa Sindical Soberana, organización conformada por Patricia Bullrich y que hace algunas semanas declaró su apoyo hacia el presidente electo, exigirá a Báscolo el diálogo abierto y fluido con ambas estructuras, las cuales difieren en el pensamiento político.
Reclamos empresariales
Desde las elecciones primarias, los empresarios santafesinos han pregonado y han hecho llegar un pedido a los diferentes candidatos, el cual tiene que ver con las maneras de solucionar los conflictos gremiales y las condiciones de despidos, lo que podría denominarse como una «reforma laboral provincial».
Es lógico que las diferentes Cámaras, la Asociación Empresaria y la Federación Industrial, hayan transmitido estas inquietudes al hombre que ocupará el lugar de ministro luego de su asunción el 10 de diciembre.
Báscolo, con su trayectoria empresarial, se reconoce como un representante del norte santafesino, por lo que velará por los intereses de los sectores productivos pero tendrá que equilibrar la balanza. Esto es teniendo en cuenta que uno de los objetivos de su gestión recomendados por el gobernador entrante es cuidar los puestos de trabajo.
Durante los primeros meses de su gestión quedará en evidencia la capacidad de negociación y el liderazgo que deba ejecutar el ministro de Trabajo de Santa Fe a la hora de tomar decisiones. Esto se pondrá de manifiesto de forma casi inmediata, en cuanto al trato que tendrá con las distintas representaciones estatales, a quienes ya se les aseguró el aguinaldo al tiempo, y se descartó cualquier “bono”. Esto anticipa la “austeridad” que se predica por estas horas en todos los niveles Ejecutivos en los que asume algún gobierno, bajo la creencia de que es lo que el electorado pidió.
En este caso a la hora de negociar y discutir, por ejemplo el sector docente, la administración del “frente de frentes” que hizo gobernador a Pullaro, con una cifra histórica por lo contundente, deberá caminar sobre hielo delgado si pretende apuntalar la educación desde una buena relación con los gremios, como se insinuó en campaña y como muchos docentes creen por lo bajo tras votar por esta opción, decepcionados con formas y fondo del peronismo provincial que se va.
Deuda eterna del ejecutivo santafesino
Otro verdadero asunto pendiente que se encuentra en la cartera de Trabajo de la provincia son los empleados estatales precarizados que prestan servicios en los diferentes departamentos y secretarias que atienden las necesidades de los santafesinos.
Las entidades públicas se encuentran minados de estos trabajadores que, algunos hace más de 25 años, firman contratos temporales o facturan a través de sus monotributos.
Ningún gobierno hasta el momento ha logrado formalizar estos puestos, a pesar de las decenas de protestas y reclamos que se han llevado de los diferentes gremios que nuclean a estos trabajadores, como ATE y UPCN.
Un ejemplo puntual y claro son los trabajadores profesionales del sector de Niñez, los cuales atienden las necesidades urgentes de las infancias, y no son reconocidos como tales a la hora de formalizar un contrato, mucho menos en el salario.
Trabajo digno y formal para los santafesinos
El ministro de Trabajo tiene como uno de sus objetivos principales la «formalización del empleo», lo que resulta un gran desafío en las dos ciudades de mayor relevancia de la provincia, como lo son Rosario y la capital santafesina: los planes sociales entregados a mansalva y la transformación a corto plazo de estos subsidios en trabajo de calidad.
Tanto en la ciudad cuna de la bandera como en la capital provincial, el gobierno en retirada ha sostenido muchas organizaciones dedicadas a la contención de las personas que viven en las periferias y en los barrios más humildes, a través de subsidios y planes de prestación de servicio en los barrios y asociaciones civiles que allí se desarrollan.
Con un manto de partidismo, estas «ligeras soluciones» han transformado la fuerza productiva en conformismo popular, lo cual ha ido en detrimento de la cultura del trabajo que caracterizó a las ciudades santafesinas en su conjunto.
Aquí subyace uno de los problemas más consistentes y arraigados con el que tendrá que lidiar Coco Báscolo.
La incógnita de la obra pública
La obra pública ha estado en boca de discusión desde que el presidente electo, Javier Milei, mencionara en varias entrevistas la baja del presupuesto para dicha actividad que interpela de forma directa al rubro de la construcción.
Esto ha generado mucha preocupación en un sector donde más de 20 mil familias y más de 200 actividades comerciales conviven en una economía muy dinámica cuando está en crecimiento.
Si bien la Provincia posee un presupuesto propio para llevar adelante la mayoría de las obras públicas, más de 200 proyectos dependen de un presupuesto de Nación que, hasta el momento, se encuentra en gran incertidumbre. Por lo que deberá esperar a que el tiempo de gestión del Ejecutivo Nacional avance y, por supuesto, ver si contará o no con la decisión y valentía de un Gobierno Provincial que representa a una de las provincias productivas más importantes del país.