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Ricardo Iorio: un legado musical nacionalista y profundo respeto al movimiento sindical

El referente del heavy metal nacional, tuvo su último aliento de vida de camino al hospital de Coronel Suárez hoy martes por la mañana cuando sufrió un infarto, según confirmaron desde su entorno familiar. El rockero de firmes convicciones, dejó un legado musical que trasciende las generaciones, compartió su amor y respeto por Perón y estuvo cerca de muchos sectores sindicales acompañando sus luchas y reivindicaciones.

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Ricardo Iorio, exponente del rock pesado argentino, falleció en horas de la mañana, a raíz de una insuficiencia cardíaca sufrida en su casa la localidad bonaerense de Coronel Suárez. Su pareja actual confirmó que anoche el músico sintió un malestar en el pecho y durante el recorrido de la ambulancia hacía el hospital tuvo el suspiro final.

Nacido el 25 de junio del 1965 en la zona sur de Caseros, el fundador de V8, tuvo su primera aparición en el Festival BARock en 1982 con la formación metalera compuesta por Beto Zamarbide, Osvaldo Civile y Gustavo Rowek. Luego de su separación, el bajista suburbano creó Hermética en 1987, con Claudio O’Connor, Antonio Tano Romano y Fabián Spataro, banda en la cual representó a través de sus letras la realidad social y política que atravesó al país en la década de los ´90.

En 1995, junto a Claudio “Tano” Marciello en guitarra y Claudio Cardaci en batería, tomó un rol protagónico al posicionarse como cantante al frente de Almafuerte. Con un sonido más rockero, pero sin dejar su impronta disruptiva y contestaria propia del metal, logró consolidarse como un referente de la música popular de rock nacional en la Argentina.

De raíces fabriles y familia laburante

Criado en el seno de una familia trabajadora y humilde, Ricardo Iorio mantuvo sus raíces genealógicas como estandarte. Su padre, Alfredo (1940-2021), era hijo de inmigrantes sicilianos, mientras que su madre, Elda Pedraza, era de ascendencia tehuelche. Durante su adolescencia ayudaba a su padre en el mercado repartiendo papas, por lo cual se ganó el apodo de “papero”, anécdota contada en una entrevista con el reconocido humorista, Yayo.

Durante toda su escritura poética, la cual dejó explícita en sus canciones, Iorio dejó marcado y fundamentado las injusticias que los trabajadores sufrieron en manos de un Estado al que, marcado por la época donde el ingreso neoliberal fue en detrimento de cada uno de los derechos laborales que sostenían al movimiento obrero sindical, dejó en manos de los caprichos e intereses empresariales.

En una de sus canciones icónicas interpretadas en el 1991 por la «H», “Gil trabajador”, hizo referencia a la entrega del obrero y su sufrimiento cotidiano por la explotación: “Donando sangre al antojo de un patrón”.

Con Hermética, Iorio profundizó en el sentimiento de pertenencia con “Soy de la esquina” y “Evitando el ablande”, habló de política entreguista en “Olvidalo y volverá por más”, tocó temas no conocidos hasta el momento sobre la vida militar forzada en la oda “Del colimba”, se expresó sobre indigenismo en “La revancha de América” y exclamó frases de todo lo que le tocaba el corazón a los pibes ignorados por los sistemas de comunicación, por la cultura y por el rock mismo.

También remarcó las injusticias, por ejemplo, en “El pibe Tigre” de Almafuerte, composición de letra y música del metalero del oeste bonaerense, habló de un hombre con “sueños de obra social” y que rezaba a “Dios pidiendo antes de dormir por ser contratado obteniendo así los beneficios de ser un efectivo por ley”, refiriéndose a un trabajador portuario que fue culpado por “el trompa” de un contrabando hecho por la misma patronal.

Durante toda su discografía y en cada una de sus canciones, Iorio dejó en claro su profundo nacionalismo y el respeto por la “Patria al hombro” que recordó durante todo su discurso y en cada una de sus frases, las cuales quedarán marcadas a fuego “del metal” en tres generaciones del rock argentino.

Iorio en la Casa de los Trabajadores

Con voz firme y sonante, Ricardo Iorio siempre confirmó su pasión por el peronismo y su fuerte vínculo con el ámbito sindical, lazo que siempre cuidó y respetó.

Es por ello que el 13 de abril de 2016, participó de una disertación en el salón Felipe Vallese de la CGT invitado por la Asociación Sindical de Motociclistas, Mensajeros y Servicios (ASIMM).

El metalero, apuntó en aquella jornada contra los medios de comunicación y su rol en la sociedad al advertir que “en el saber, en el aprender, está la virtud. Por eso hay gente que cobra para desinformar. Todo lo que despierte conciencia está prohibido”.

Siguiendo ese razonamiento, Iorio acusó que, en ese momento, había “devastadores del consciente general”, y enfatizó que, desde los medios de comunicación, “quieren sacar a Perón de nuestras mentes”.

En esa oportunidad, el artista habló de temas relacionados a la cultura, al peronismo y a la geopolítica, y destacó que para él fue “un orgullo estar en la CGT, y mucho más con ustedes, los muchachos de las motos”.

Iorio remarcó que aquella era “la primera vez” que había sido “invitado a la casa de los trabajadores, de la cual me siento parte”. Y enfatizó sobre la simpatía que sentía hacia la entidad gremial nacional en el inicio de la charla “Nacionalismo Cultural: Cultura Popular vs Cultura de Masas”.

Durante su locución, Iorio denunció la marginación existente en los espacios culturales del país: “Yo estoy prohibido en todo centro cultural y en todo lugar municipal del país”, y subrayó que “se sabe quién es cada cual, por eso estoy hablando acá”, en referencia a la sede sindical de la calle Azopardo 802.